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Bruxismo - sus definiciones

02.10.2022
Noah Clarck
Noah Clarck

Hace años que se ha incrementado el interés por el bruxismo como afectación en el ámbito orofacial, tanto en el campo científico, como en los aspectos clínicos, de hecho, las publicaciones sobre esta temàtica han tenido un crecimiento exponencial en los últimos treinta años, autores como D.Manfredini o F.Lobbezoo han publicado multitud de papers al respecto, dando un poco de luz a este trastorno de la conducta oromotora, permitiendo así aclarar parámetros tanto etiológicos como neurofisiológicos que han proporcionando un nuevo enfoque en su valoración y abordaje terapéutico.

En todo caso, los estudios sobre el bruxismo se inician a principios del S.XX, con una primera hipotesis desarrollada por M. Karoly, en el año 1901, el cual planteó que la etiología del bruxismo estaba, en gran medida, relacionada con las interferencias oclusales por lo que el abordaje terapeutico lo centró a en la eliminación de las interferencias oclusales con el fin de reducir la actividad bruxógena del individuo(1). El bruxismo en estos momentos se entendia como la actividad mandibular involuntaria causante del desgaste dental así como de dolor orofacial (mandibular).

Con los años, la evolución en los conocimientos de anatomía, neuroanatomía y fisiología, refutaron la hipótesis de Karoly, En el año 1977, Glaros AG et al. Definian el bruxismo como un trastorno psicofisiológico, que no había sido suficientemente explorado en la literatura psicológica. En este aspecto, Glaros AG et al., muestran como el bruxismo puede relacionarse con factores físicos, psicológicos y neurofisiológicos y estos a su vez pueden estar mediados por mecanismos como el estres o la ansiedad, y en esta linea, aconsejan su abordaje mediante la psicología conductual (2).

Los años fueron pasando y en los años noventa del siglo pasado, el bruxismo aún era un problema clínico difícil de comprender y las diferentes teorias etiológicas y definiciones derivadas eran bastante controvertidas, por lo que no había un acuerdo internacional con el fin de definir y generar una línia diagnóstica consensuada sobre el bruxismo, este aspecto obstaculizaba en gran medida la interpretación de la literatura científica al respecto.

a mediados de la década de 1990, el bruxismo del sueño se describió como un fenómeno que se producía al pasar de fase REM a Fase NREM. En el estudio de la arquitectura del sueño, se observó un tipo peculiar de activación electromiográfica en la musculatura masetérica denominada " Actividad Rítmica de la Musculatura Masticatoria" (RMMA), esta actividad rítmica, fue descrita como un signo neurovegetativo final de una cascada de eventos definidos como respuesta al despertar. Estos eventos que se estudian mediante polisomnografía fueron adoptados como marcador es de los episodios de bruxismo del sueño.

Es en este marco de entender el bruxismo como un trastorno del sueño, que se definió y clasificó el bruxismo como una parasomnia en la clasificación internacional de los desordenes del sueño (ICSD), y así fue hasta 2005 (ICSD I)donde se clasificó al bruxismo dentro de los trastornos de la conducta como el sonambulismo o el sindrome de piernas inquietas. A partir de 2005 su definición se establece como una actividad involuntaria relacionada con el rechimar de dientes que ocurre durante el sueño. De 2005 a 2013 (ICSD II) el bruxismo del sueño se define como un trastorno del movimiento relacionado con el sueño, más concretamente como una actividad oral estereotipada caracterizada por chirriar o apretar los dientes durante el sueño, generalmente asociada con microdespertares. Por último, en la última definición que se estableció a partir de 2014 (ICSD III) se mantuvo que el BS era un trastorno del movimiento relacionado con el sueño, pero se especificó que era una actividad motora involuntaria del trigémino caracterizada por actividad episódica y repetitiva de los músculos de la mandíbula con tendencia a rechinar los dientes o apretar la mandíbula ocasionalmente durante el sueño.

En 2013 se obtuvo un primer gran consenso internacional sobre una definición simple y pragmática de bruxismo en la que éste se define como una actividad muscular masticatoria repetitiva que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes y/o por apretar o empujar la mandíbula, y que se especifica como bruxismo del sueño o bruxismo de vigilia.

Por lo general, uno de los errores más frecuentes es entender el bruxismo como un trastorno muscular y plantear que el bruxismo se aborda mediante el tratamiento inhibitorio o mediante la relajación de la musculatura oclusora. En sí, el bruxismo es una conducta oromotora cuyo mecanismo tiene su origen en el sistema nervioso central. La definición más actualizada y desarrollada por un grupo de expertos internacionales en 2018 entiende el bruxismo a través de dos entidades diferenciadas, el bruxismo del sueño (BS) y el bruxismo de vigilia (BV), definidas como:

  • Bruxismo del sueño (BS): "actividad de los músculos masticatorios durante el sueño que se caracteriza como rítmica (fásica) o no rítmica (tónica) y que no se considera un trastorno del movimiento o del sueño en personas sanas."
  • Bruxismo de vigilia (BV): "actividad de los músculos masticatorios durante la vigilia que se caracteriza por el contacto repetitivo o sostenido de los dientes y/o por el refuerzo o empuje de la mandíbula que no se considera un trastorno del movimiento en individuos sanos".

En conclusión, hoy en día sabemos que el bruxismo como tal, debe dividirse en dos entidades diferenciadas, BS y BV, que es un trastorno de la conducta oromotora de origen central y que no se trata mediante el abordaje de la musculatura masticatoria ni con férulas específicas, más bien lo que hacemos es paliar sus síntomas. Otros aspectos que sabemos actualmente sobre sus síntomas es que el bruxismo puede estar vinculado al apriete, rechinamiento e incluso puede ser una acción de empuje sin contacto dental. En cuanto al dolor, puede aparecer en pacientes sintomatológicos, pero también puede no estar presente en pacientes bruxista.

Sin embargo, en general, los pacientes que vendrán a nuestras consultas son pacientes con sintomatología, como dolor, cefaleas, disminución de la apertura mandibular por la afectación muscular.


Toni Roman

Fisioterapeuta ColFiCat: 4545 / Osteopata DO MROE: 544

Miembro de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO)

Miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) 


Bibliografía

Lobbezoo, F., Ahlberg, J., Glaros, A.G., Kato, T., Koyano, K., Lavigne, G.J., de Leeuw, Manfredini, D., Svensson, P. and Winocur, E. (2013), Bruxism defined and graded: an international consensus. J Oral Rehabil, 40: 2-4.

Manfredini D, Ahlberg J, Lobbezoo F. Bruxism definition: Past, present, and future - What should a prosthodontist know? J Prosthet Dent. 2021 Mar 4:S0022-3913(21)00074-3. doi: 10.1016/j.prosdent.2021.01.026. Epub ahead of print. PMID: 33678438.

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Sateia MJ. International classification of sleep disorders-third edition: highlights and modifications. Chest. 2014 Nov;146(5):1387-1394. doi: 10.1378/chest.14-0970. PMID: 25367475.

Thorpy MJ. Classification of sleep disorders. Neurotherapeutics. 2012 Oct;9(4):687-701. doi: 10.1007/s13311-012-0145-6. PMID: 22976557; PMCID: PMC3480567.

Karolyi, M.: Beobachtungen über Pyorrhea Alveolaris. Osten ung VierteljschriflfZahnheük 17: 279, 1901.

Glaros AG, Rao SM. Bruxism: a critical review. Psychol Bull. 1977 Jul;84(4):767-781. doi: 10.1037/0033-2909.84.4.767. PMID: 331380.

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